¿La creatividad tiene caducidad?
Por qué constantemente escuchamos que los niños son más creativos que los adultos, que hemos perdido la creatividad…. eso no es verdad… volvamos a ser niños, ¡no dejemos que las preocupaciones nos consuman!
El mundo no se acaba, dejemos de pensar desde la mente vetada de un adulto… a un niño no se le cierra el mundo… no tiene límites para la creatividad, siempre y cuando no tenga prejuicios.
Los prejuicios, la edad, el miedo, el qué dirán, nos limitan porque tenemos cosas que perder, nos volvemos más cautelosos y dejamos de arriesgar y tomar riesgos se convierte en algo incómodo.
La espontaneidad y la improvisación son actitudes que les permiten a los niños asumir riesgos, lanzarse a lo desconocido sin reservas y así, experimentar nuevas situaciones y sensaciones.
Afrontar los errores en los niños es algo normal, están muy acostumbrados a equivocarse, saben que son aprendices y que lo normal es cometer errores. Un error para ellos no supone ninguna desgracia (a menos que un adulto se lo recompense con desaprobación) por lo que un fracaso no es en absoluto sinónimo de rendición.
Y nosotros los adultos ¿en dónde perdimos la capacidad de jugar?, ¿por qué creemos que jugar es perder el tiempo? para un niño todo es un juego, siempre están abiertos a nuevas ideas, aceptan retos, sugerencias, todo se vale, no juzgan ni se sienten juzgado.
Siempre que los dejemos la actitud de los niños será lúdica y experimenta, está es su naturaleza, el deseo de probar cosas nuevas, descubrir “qué pasa si…” y sobre todo, la curiosidad, esa curiosidad que les da observar, vivir y sentir las cosas con las que agarran ideas para sus futuros proyectos.
Gracias a esta actitud, no hay límites para ellos en lo que se refiere a descubrir nuevas relaciones o combinaciones.
¿Qué hemos hecho los adultos para dejar de ser niños? Los niños no tienen traumas o condicionamientos mentales, esto los hace libres y estar abiertos a un mundo de posibilidades.
Sin embargo, nosotros los mayores, hemos fijado los conceptos en nuestras vidas de manera firme y se nos ha llenado la mente de tópicos que nos impiden ser creativos y arriesgarnos,
¿Hemos renunciado a ser creativos? Probablemente sí, pero la respuesta para volver a ser niños, en el alma por supuesto, es recuperar las capacidades que teníamos a esa edad: espontaneidad, improvisación, afrontar los errores, tener actitud lúdica y experimental.
Ya tenemos la planificación y la organización tanto en trabajo como en casa y vida social, entonces hagamos acopio de los recuerdos de las capacidades que trabajamos durante toda la infancia y enfoquémoslas en aplicar esas habilidades para el proceso creativo
Todas estas actitudes y habilidades, en conjunto, hacen que una persona sea creativa, que se deje llevar por la mente y le de libertad, que no la limite, que la expanda, que observe y se detenga a dejar volar la imaginación.
Hagamos entonces un espacio para dejar entrar la creatividad y soltar la organización y planeación estricta, sin remordimientos y sin temores… seguro el resultado será maravilloso.
Disfrutemos el mes del niño y seamos niños en la vida adulta. Agreguemos creatividad en todos los aspectos de nuestras vidas. En la cocina, en el trabajo, en la casa, en los juegos con los niños, en las reuniones sociales por video conferencia, en todo, siempre, podemos encontrar ese algo para optimizar nuestra vida.
¡Feliz mes del niño!